Después de varias rutas, me di cuenta de que mi mochila no ayudaba. Distribuía mal el peso, me hacía cargar de más, y terminaba agotado.
Así que decidí cambiarla. Al comprar la nueva, el vendedor me preguntó:

-¿Cuántos litros quieres? Llévate la grande, por si acaso.

Pero esta vez, respondí distinto:

-No. Si tengo más espacio… lo voy a llenar.

Elegí la de 28 litros. Lo justo. Y gracias a eso, caminé más libre, sin exceso, con intención.

En revenue management y distribución hotelera pasa algo muy parecido.

Pensamos que cuantos más canales, tarifas o herramientas tengamos, mejor.
Pero más no siempre suma. A veces, simplemente pesa.

Tener muchos canales no garantiza más reservas.
Multiplicar tarifas no asegura mejores ingresos.
Acumular herramientas no implica decisiones más inteligentes.

Cuanto más espacio sin foco, más dispersión.
Cuanto más diversificas sin estrategia, más fragmentas tu rentabilidad.

La clave no es tener más, sino elegir mejor.

¿Qué canal te aporta reservas rentables?
¿Qué tarifa apoya tu estrategia directa?
¿Qué datos necesitas realmente para decidir con claridad?

En la mochila y en el revenue, menos puede ser más.
No se trata de llenar espacio, sino de usarlo con intención.
Viajar ligero. Vender con foco.
Esa es muchas veces la diferencia entre avanzar… o agotarse en el camino.